LITERATURA

Friday, April 10, 2009

LIBROS PARA ANCASH: Bullente ejemplo y razonada convicción

Lenguaje del mar / crónicas pis@diablescas


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Años

LIBROS PARA ANCASH:
Bullente ejemplo y razonada convicción



Víctor Hugo Alvítez Moncada(*)


Ancash es un emporio natural y cul­tural -que duda cabe- y por ende fuente de inspiración y creación artística por excelen­cia. Nuestro departamento o región exhibe los más bellos paisajes debido a su diversidad biológica y estratégica ubi­cación geográfica, desde el mar hasta sus cumbres nevadas y eternas de ayer, sus playas, valles, callejones y ceja de selva; hacen de él, uno de los territorios más ad­mirados del Perú y el mundo. En el rosario de sus pueblos han nacido grandes mujeres y hombres representantes de la ciencia, la tecnología, la cultura y arte en general. El presente, se cumplirán cincuenta años de la aparición y circulación de la colección: LIBROS PARA ANCASH en julio de 1958, como homenaje a sus forjadores y emprendedores hijos que dieron muestras de inmenso cariño y amor a su herencia ancestral.

Cuando llegué a Chimbote en abril de 1983 en pleno fenómeno El Niño que costó tres largos días de viaje desde Cajamarca; instalados al calor familiar, soportando altas temperaturas de la época y a punto de volver a la tierra; un buen día, acomodando los libros de la nueva casa, hallé en la “humilde biblioteca” dentro de un cajón viejo y empolvado, haciendo honor supongo a la antigua denominación de biblioteca del latín biblio: libro y teca: ­caja; entre otros, un pequeño volumen cuyo título me impresionó a primera vista: ANCASH. Leyendas, Fábulas y Cancio­nes, con letras negras a la mitad de la cará­tula sobre un fondo palo rosa, aquel color de la belleza infinita. La otra mitad, resalta una ilustración paisajista en blanco sobre fondo negro: cabeza clava al centro, sol con rayos luminosos, nubes airadas por el viento, cerro bicéfalo representando al Huascarán y Cordillera Blanca, plantas en toda floración y unas casitas con tejados a dos aguas en planos superpuestos que a cual­quiera de nosotros nos hace pensar inme­diatamente en el panorama maravilloso y riqueza de la mansión en que hemos nacido y/o vivimos, aún no conociéndolo ampliamente para sentirlo, quererlo y llevarlo en el corazón y propia alma de cada uno de nosotros.

Dentro de la ilustración de la carátula de la colección, en la parte inferior derecha casi en todo el ángulo figura: LI­BROS PARA ANCASH en un cuadrito de 2 x 1.5 cms. Sin embargo, a mi mo­desto entender el sub titulo encierra en toda su magnitud el valioso mensaje del exqui­sito material bibliográfico donde saborear las aguas frescas de su río cristalino, gran parte de su historial, tradiciones, cuentos, canciones, leyendas, etc. con toda su fan­tasía digna de admiración. Entonces con in­mensa fe cuando leamos estos pequeños grandes libros de 12.5 x 17.5 cms. que en número de cinco conforman la insuperable y bella colección, quizá la más im­portante del siglo XX en Ancash, publicada por Ediciones Peruanas S.A. el 10 de julio de 1958 en Lima; cincuenta años después guardan sus páginas ambarinas nuestro valioso patrimonio material e inmaterial; haciéndonos saber de buena tinta por la calidad de sus autores el majestuoso y agreste territorio que nos cobija en su seno para admirarlo y cantarle perennemente imitando “su vieja cantera de escritores y poetas”, con elevada responsabilidad de conferir indemne a nuestros descendientes y sucesivas generaciones.

La colección Libros para Ancash, conforman los siguientes títulos:

1. ANCASH. Leyendas, fábulas y canciones. (Antología). Selección y prólogo de Justo Fernández y César Ángeles Caballero.

2. ANCASH. Tradiciones y cuentos. (Antología). Selección de Mauro G. Mendoza.

3. ANCASH histórico. (Antología). Pró­logo de Félix Álvarez Brun.

4. Unas manos violentas. Relatos de C.E. Zavaleta. (El muñeco, Los Íngar, La Ba­talla y El Cristo Villenas.

5. Cuentos peruanos contemporáneos. Antología y prólogo de Antonio Escobar.

Presentan la colección: Santiago Antúnez de Mayolo, Luis E. Valcárcel, Federico Sal y Rosas, Alfonso Ponte, Félix Riso Patrón, Erasmo Roca, María Rosa Macedo, Félix Álvarez Brun, C.E. Zavaleta, Jaime López Raygada, Ernesto Reyna, Rosa Cema Guar­dia, Julio Ramón Ribeyro, David T. Izaguirre, Fermín Carrión Matos y Mauro G. Mendoza. Es decir una pléyade selecta e ilustre intelectualidad ancashina, ancashinistas y reconocidos pensadores peruanos; haciendo de la publicación una verdadera joya de estudio, análisis, colección, exhibición y orgullo, que es nuestro deber irradiar hacia las nuevas descendencias quie­nes saciarán su sed cultural en verdaderas fuentes bibliográficas para conocimiento y fortalecimien­to de identidad.

Pero ¿cómo se hizo?, ¿quién o quié­nes fueron los protagonistas de la gran­diosa obra? ¡Alguien debió estar bajo tan acrisolado sueño!, me preguntaba y no hallaba respuesta; hasta que en 1997, cuando fue presentado en este “Puerto de Oro” el libro: PUEBLO AZUL Cuentos sobre el Callejón de Huailas, del célebre diplomático, ensayista, traductor, doctor en Literatura: Carlos Eduardo Zavaleta Rivera (Carás, 1928), quien en su disertación hizo referencia sobre diversas peripecias y dificultades que él y otros amigos tuvieron que afrontar para ver editada la colección “Libros para Ancash”, agregando que viaja­ron por todo el territorio, provincia por provincia, pueblo por pueblo, ofreciendo en venta sus ideales convertidos en tan anhelante muestra bibliográfica, pasa­ndo por Chimbote regando semilla prodi­giosa; viniendo a la mente del expositor par­te de su vida trasuntada aquí en arenales fértiles frente a la hermosa bahía El Ferrol de aquel tiempo cercano y lejano a la vez. Inmediatamente tuve la respuesta certera; de aquella grata visita será que llegó a mis manos ­cual gavilla de trigo con sus espinas dora­das aquel volumen 1 que al leer sus páginas grabaron en mi mente y corazón un inmenso cariño por esta tie­rra que desde entonces ha de ser mía y para siempre; proponiéndome además reunir algún día toda la colección inhallable, desafío hecho realidad quince años después.

Aquella noche cuando escuché al maestro Carlos Eduardo Zavaleta, supe que en su intelecto estuvo latente tal proyecto hasta alcanzamos su cauce bendito, por eso es justo que Ancash, autoridades e instituciones tutelares, empresas y especialmente educadores, estudiantes y público en general, celebremos jubilosos “Bodas de Oro” de tal acontecimiento, tributando unidos sincero homenaje y enaltecer su ejemplo, mante­niendo encendida la tea luminosa a cincuenta años de publicada la obra; a todo el equipo mayor­mente coetáneos ancashinos bajo el entusiasmo de C.E Zavaleta, hijos de esta tie­rra y patria que no tienen fronteras en amor y cultura, reeditando la valiosa colección o lanzando otras que superen espléndidamente dicha inquietud, como ya existen algunos formidables empeños. Cristóbal Bustos Chávez, en Visión literaria de Ancash, señala al respecto: “En julio de 1958, Ediciones Peruanas S.A., con el concurso de un grupo de intelectua­les ancashinos y nacionales, publicó 5 to­mos del FESTIVAL DE LIBROS PARA ANCASH, como una valiosa contribución cultural, que no se ha repetido”…

Entonces diremos que eso de “serranos o costeños”, que “parecemos dos continente” o “estamos divorciados culturalmente en Ancash”, es pura falacia e ignorancia; la integra­ción y desarrollo son muy anti­guos y como muestra florecen en el tiempo: La Galgada, Punkuri, Sechín, Chavín, Pashas, Konchucos; tradiciones y costumbres, leyendas y canciones, danzas, vestimenta y gastronomía, etc. esculpiendo en piedra, barro y sentimiento un mensaje de unidad fraternal y vieja civilización, bajo nuestros apus protectores.

Conozcamos los contenidos de cada uno de los volúmenes:

1. ANCASH. Leyendas, fábulas y can­ciones.

Al iniciar el prólogo podemos leer: “Ancash ha contribuido armoniosa­mente a la conformación temática del fo­lklore del país, aportando diversos y fecun­dos motivos vernaculares, de sugerente contenido y de dinámica estructura. Sus le­yendas, fábulas y canciones, exhiben mati­ces muy visibles, que no se oponen a una marcada señal de conjunto, cuya naturale­za revela en pequeña escala este volumen. Las breves narraciones recorren una exce­lente gama expresiva, donde los asuntos mitológicos que buscan el origen de los real, hasta los múltiples hechos fortuitos en los que participan Dios, los santos, los animales y los muchos agentes naturales” ...
En la sección “Leyendas y Fábulas” presenta: El mito de los Huaris, Santiago Antúnez de Mayolo; El Illa, El turmanyé, el Ichi el enanito, el sapo y la rana, la cule­bra y la zorra, el zorro y la huanchay, el puma y zorro, la achiqué, recogidas por Arturo Jiménez Borja; Una peña y un ma­nantial de agua, Fr. Antonio de Calancha; El ídolo de Catequilla, Joseph de Arriaga; La achiqué, Una ciudad de enanos, El cas­tigo de una madre, El indio de Atun-Irca, La piedra que curó el mal del corazón, El recibimiento de la virgen, compila­das por diferentes personajes en el Callejón de Huailas y otras pro­vincias que fueron publicadas por José María Arguedas y Francisco Izquierdo Ríos. Inmensa contribución que comprometen nuestro total reconocimien­to. Continúan: Shangol, El Huandoy y el Huascarán, el Ichik-Olljo (el duende), San Juan, recogidas por César Ángeles Caba­llero. Capacocha de Ocros, Leyenda de una toma de regadío para las tierras de Inca, Augusto Soriano Infante; Leyenda de fun­dación de la ciudad de Huari, Justo Femández; y, Diablos, diablas y diablillas, Luis Alayza y Paz Soldán.

Continúa un manojo de “Canciones Quechuas” recogidas en Aija, Carás, Pomabamba, Sihuas, Huari, Olleros, Uquia, Huanchay, Conchucos y otros pueblos. Así mismo. “La Fuente” (Cantar de Ancash) re­copilación de Alomía Robles, autor del in­mortal “Cóndor Pasa”, Finalizando con “Otras Canciones” sobre el cancionero de Luis Pardo Novoa (1874­ – 1909) “El romántico bandido”: entre chuscadas, huainos, yaravíes, valses; dedicadas a aquel personaje mítico, natural de Chiquián, como los romances compuestos por José Torres de Vidaurre, allá por 1935: “Luis Pardo es un gran bandido / la justicia lo persigue / desde Chimbote a Recuay / sus hechos suenan clarines”; Además de otras canciones recopiladas por Justo Fernández Cuenca y César Ángeles Caballero. re­cordado hasta nuestros días como lo de­muestran las obras: Luis Pardo: El gran Bandido” (1967) de Alberto Carri­llo Ramírez, Viva Luis Pardo (1996) de Oscar Colchado Lucio, etc.

Con toda esta belleza y riqueza literaria concluye el primer volumen en 93 pá­ginas, tamaño cuarto de oficio, edición po­pular, terminadas de imprimir en Lima el 10 de julio de 1958, Ediciones Peruanas, S.A. fecha en que salió a la luz toda la colección.



2. ANCASH, Tradiciones y Cuentos.

“Tras el nombre y el arte del famoso Ricardo Palma, algunas de cuyas tradi­ciones son de ambiente ancashino, ofrece este volumen un conjunto de tradiciones y cuentos de los más valiosos escritores nacidos en el Departamentos de Ancash. Celso V. Torres y José Ruiz Huidobro, son entre ellos, quienes sintieron mayormente el influjo de Palma. Victor Manuel Izaguirre, novelista de costumbres, es a toda hora un pintor que zahiere y punza los ambientes de aldea, Aurelio Arnao, distinguido escritor de cuentos y cronicones novelados, pulcros de estilo, cala mejor es sus personajes y los señala más objetivamente en el centro de la pequeña ciudad. Ladislao F. Meza «el bohemio del sombre­ro alón», paseó por Huarás y por Lima su figura romántica y publicó, en su corta vida, novelas, cuentos y obras de teatro donde su fantasiosa intimidad se desbor­dada. J. Eugenio Garro, ensayista y traduc­tor también, recogió leyendas de su tierra e inventó algunas otras, igualmente llenas de lo sobrenatural e inexplicable. Alejan­dro Tafur Pardo, profesor, hombre de letras y del periodismo, nos da aquí un relato que cabalga entre la historia y la literatura. Y finalmente, David T. Izaguirre de­dica una de sus ‘estampas huaracinas’ a un maestro que muchos no olvidan: Alejan­dro Dextre y Sierra”.

Reunida en una excelente antología por Mauro G. Mendoza Alegre, presenta: Las tres etcéteras del libertador, Justicia de Bolivar, A muerto me huele el Godo, Ri­cardo Palma; Finanzas de Uñiperio, la te­meridad y la justicia de Dios, Celso V. To­rres; Fuego graneado, Fiesta de barrio, Victor M. Izaguirre; Lo irreparable, Historia vulgar de un hombre de bien, Aurelio Amao; Los amores del diablo, José Ruiz Huidobro; El secreto de una cabellera ru­bia, Ladislao F. Meza; El solitario, Juan Eugenio Gorro; La heroína del amor casto, Alejandro Tafur Pardo; Estampas huaracinas: Don Alejandro, David T. Izagllirre. Notas de viaje: Los Chimbadores, Antonio Raimondi; y, El Callejón de Huailas en 1883, Abelardo Gamarra "El Tunante”. Todo esto nos ofrece el segundo tomo, en 93 páginas cuyo azul cielo y mar ancashino dan color a la carátula, con el fondo del paisaje citado guardando así la unidad los cinco tomos.



3. ANCASH histórico.

Selección y prólogo del reconocido maestro universi­tario, diplomático e historiador pallasquino Félix Álvarez Brun (1922) quien refiere: “Para escribir una historia de Ancash existe nutrido bagaje bibliográfi­co. Desde la época de la conquista hasta nuestros días, se tiene documentos y noti­cias de cronistas, de extirpadores de ido­latrías, de viajeros, arqueólogos e historia­dores, que pueden servir para la elabora­ción de una interesante historia del departamento”...

La obra está di­vidida en tres importantes épocas para un mejor entendimiento, distribuida de la manera siguiente:
Época Pre-Hispánica: Sobre el descubrimiento de la Cultura Chavín - Chavin del Perú, Julio C. Tello; y, La prehistoria de Ancash ante la critica moderna, Fermín Carrión Matos.
Conquista y Colonia: Itinerario de Hernando Pizarro: de Huamachuco a Paramonga, Mi­guel de Estete; de Santa a Paramonga, Pe­dro Cieza de León; Doña Inés Huailas Ñusta, amante india de Pizarro, Raúl Po­rras Berrenechea; Conquista espiritual de Ancash, la idolatría, Alberto Gridilla O.F.M.; y, Las provincias de los Conchucos y de Guaylas, Antonio Vásques Espinoza.
Independencia y República: Próce­res ancashinos de nuestra Independencia, Manuel S. Reyna Loli; Buin y Yungay, Jorge Basadre; El Callejón de Huailas, Antonio Raimandi; El indio ancashino, AI­fonso Ponte Gonzáles; La sublevación de los indios del Callejón de Huaylas, San­tiago Antúnez de Mayolo; y, La muerte de Atusparia, Ernesto Reyna Zegarra. Sus contenidos en 101 pági­nas, convierten en invalorable fuente de consulta. Su ca­rátula es amarillo bronce u oro viejo se­mejando nuestra riqueza e ilustración en fondo negro igual a las anteriores.


4. Unas manos violentas. Relatos de C.E. Zavaleta.

“He aquí una selección de las mejo­res páginas de Carlos Eduardo Zavaleta, nacido en Caraz en 1928. Se publica su novela corta “Los Íngar”, dos veces pre­miada, cuya intensidad lírica al dibujar personajes que rebasan la sierra de Ancash han sido muy elogiadas. “La Batalla” es un cuento de intenciones épicas sobre la famosa fiesta de la tortura de cóndores en el Callejón de Huailas. "El Cristo Villenas” es un osado punto de vista en campos religiosos. “El muñeco”, cuento que abre el volumen, plantea la dramática existencia en los suburbios de la gran ciu­dad”.

Compuesto por 95 páginas, el color de su carátula es un rojo divino semejante a los pétalos de cantuta, nuestra flor nacio­nal e ilustración ya referida líneas arriba.


5. Cuentos peruanos contemporáneos.

Selección y prólogo del escritor peruano Alberto Escobar, quien ano­ta: “Siete de los mejores cuentistas pe­ruano del momento y un joven escritor ale­mán radicado en el país, llenan las páginas de este volumen donde personajes y es­cenas de todo el Perú se retratan en un afán que es mayormente crítico y realista. To­dos ellos dedican sus cuentos a Ancash, a pesar de ser ésta una tierra que sólo cono­cen a través de lecturas y de hondo senti­miento de peruanidad”.

Reúne los siguientes cuentos: Tata Mayo, Eleodoro Vargas Vicuña; Ensalmo del café, José Durand; Manantial santo, Rubén Sueldo Guevara; La sequía, José Bonilla Amado; Antucha Hualli, Tulio Carrasca; El banque­te, Julio Ramón Ribeyro; Domingo en la jaula de estera, Enrique Congrains Martín; y, Precursores, Wolfang Luchting. Cierran así 88 páginas de la apreciable colección los mejores cuentistas del Perú; encendiendo en verde esperanza el color de su tapa que seguirá germinando cual Puya Raimondi el alma ancashino.


Veinte años después, continuando tal ejemplar lección de Libros para Ancash, se hicieron algunos esfuerzos con otras publicaciones como la Colección de autores ancashinos. sumando los Cuadernos de difusión. INC – Filial Ancash, dando cabida a escritores y revalorando cada una de las provincias del departamento. bajo la dirección del infatigable maestro Francisco Gonzáles, con el propósito de revalorar la obra de personalidades del desarrollo cultural injustamente olvidados y que no fue avanzada por sus sucesores; saliendo a luz solamente cuatro tomos a mimeógrafo, cortos tirajes y poco conocidos o difundidos:

1. Alma trémula (poesía) y Almas enfermas (cuentos). Teófilo V. Méndez. 1978. 59 pp. Tomo 1.

2. Poesía y prosa. Judith Pando (Edith). 1979. 93 pp. Tomo 2.

3. Poesía y prosa. Alejandro Tafur Pardo. 1982. 266 pp. Tomo 3.

4. Poesía. Agustín R. Loli. s/a. 184 pp. Tomo 4.

Lejos vendría la colección de 20 libros de autores oriundos denominada Biblioteca ancashina, en diversos géneros literarios el año 2005, mérito de Altazor Editores y empuje de nuestro motorista Ricardo Ayllón. Sin duda hay otros valiosos esfuerzos personales que engrandecen nuestra pródiga bibliografía de mujeres y hombres a lo largo y ancho de la región; haciendo mucha falta la creación de fondos editoriales en universidades, municipalidades, gobierno regional y empresas privadas; concursos de índole tecnológico, académico, científico, artístico en instituciones educativas principalmente; fomento de la lectura e identidad. La industria editorial, va tomando fuerza en esta parte costera de Ancash y ojala surjan editores de calidad y se fortalezca una ideal política cultural de Estado que todos esperamos. Libros para Ancash, se adelantó cincuenta años al Plan Lector y otras reformas educativas, acojamos y continuemos su ejemplo.

Concluyo diciendo que, conociendo los títulos de cada uno de la maravi­llosa colección “Libros para Ancash” que bastaron 15 años para reunirla, tras búsqueda constante de preciada alhaja, conser­vada con denodado esmero y ternura, prototipo del acervo cultural de nuestra pródiga región al alcance de todos ustedes en el Centro de Documentación Regional Ancash, que impulso, hecho que aviva el in­menso amor a lo leído, reunido y vivido en todos los confines de este hermoso paraje, comprometidos el presente año a contagiarnos de júbilo y fe al enrumbar nuevos y desafiantes caminos hacia el progreso y desarrollo sostenible de cara a la globalización, amparados en mentes resplandecientes y razonada convicción por alcanzar mayor dignidad y grandiosidad para el hombre, Ancash y el Perú.

Chimbote “Puerto de Oro”, 12 de enero 2 008.

16 ENCUENTRO DE ESCRITORES Y POETAS DE ANCASH. MARCA - RECUAY. "COSECHA DE MARCA"



Asociación de Escritores y Poetas de Áncash (AEPA)
Municipalidad Distrital de Marca

16° Encuentro de Escritores Ancashinos
“JULIO CÉSAR POZO CUEVA”


Marca – Recuay, 26, 27 y 28 de Setiembre del 2008

COSECHA DE MARCA


Víctor Hugo Alvítez Moncada
Pis@diablo

I

XVI ENCUENTRO DE ESCRITORES ANCASHINOS

Al Maestro amigo soñador:
Ricardo Cotrina Cerdán
¡Siempre!


Marca, “Perla de las Vertientes”, hermoso distrito ubicado al sur de la provincia de Recuay, en Ancash; se convirtió en especial escenario cultural al acoger tan hospitalariamente a los aproximados ochenta asistentes del 16° Encuentro de Escritores Ancashinos “Julio César Pozo Cueva”, convocado por la Municipalidad Distrital de Marca y Asociación de Escritores y Poetas de Ancash (AEPA), los días 26, 27 y 28 de setiembre último.

Julio César Pozo Cueva, fue un eminente maestro y escritor marquino, autor de la novela Anusia o el lirio que murió de amor, publicada en 1943, la que será reeditada por el municipio local y con su nombre se reimpulsará la biblioteca pública en base a las donaciones de escritores y autores de libros presentes. Su vida y obra fue realzada por el renombrado y antiguo maestro e historiador Joaquín Ferrer Broncano.

Al evento acudieron delegaciones representativas de diferentes provincias de Ancash. El pueblo liderado por su alcalde señor Zenón Dionisio Cubillas Zolano, regidores y demás autoridades locales, se volcaron a dar la bienvenida a los visitantes, confundidos en un solo abrazo y al compás de nuestra música folclórica, hicimos el ingreso triunfal a la bella ciudad a través de un arco de flores multicolores y lluvia de pétalos lanzada por la niñez estudiosa; situada a ambas orillas del río Marca, conformada por los ayllus o parcialidades de Chaupismarka, Pirkaymarka, Paraqmarka y Jakamarka. Desde ese momento, la alegría y generosidad de su gente invadió nuestros corazones para convivir con sus usanzas y cariño los días de feliz estancia; admirando su belleza natural vigilada por el soberbio cerro Sháncur, y en especial la vigencia de su cultura viva expuestas en elegante vestir de las mujeres compitiendo su hermosura con flores frescas en el rostro, prendidas a la oreja derecha; caracterizada saya negra, blusa con blondas en pecho y mangas, vistosa lliclla a la espalda y sombrero blanco también adornado con “llima llima”, rosas, cantutas o claveles; además de sus sabrosos platos típicos y danzas tradicionales como del Inca y las pallas, entre otras.

El acto tuvo lugar en el amplio auditorio de la Comunidad Indígena San Lorenzo de Marca, la inauguración a cargo del señor alcalde, también estuvo presente el señor Milton León Vergara, alcalde de Recuay, director de la I.E “San Lorenzo” y señor Efraín Alvarado Rosales, presidente de AEPA. Soilo Requena, presidente de la Academia Regional del Quechua, ofreció un apoteósico saludo en idioma materno. La conferencia inaugural “Registros preliminares de la Etnocosmología del Distrito de Marca” ofreció el ilustre intelectual y compositor Mg. Próspero Gamarra, autor del libro Cantares de Marca, del que trataremos más adelante.

Continuaron importantes disertaciones sobre literatura e historia regional, donde se insistió con la enseñanza del Quechua, idioma nativo por su riqueza ancestral y lingüístico, presentaciones de libros, recitales de poesía, lectura y cuenta cuentos en español y quechua, exposición venta de libros por prestigiadas editoras: Río Santa, Arteidea, Ornitorrinco y, las novedades de Casma por César Oliden y Municipalidad de Bolognesi. Escenificaciones de las obras teatrales de nuestro dramaturgo aijino Áureo Sotelo: “Karadoshu” premio CELTIL de Venezuela, por alumnos del Colegio “San Lorenzo”, y el día siguiente “El despojo” adaptación de “El mundo es ancho y ajeno” de Ciro Alegría, por niños actores de educación primaria; Sotelo, emocionado agradeció y recomendó continuar mostrando el teatro y cada día mejorando su calidad artística. Asimismo, anunció que está concluyendo la obra teatral “Luis Pardo el romántico” para ser estrenada el próximo encuentro en la privilegiada tierra de Chiquián.

El sábado, muy temprano y antes del inicio de sesiones, fuimos invitados a participar del “Pago a la mama pacha” en el campo deportivo de Marca. Una delegación en pasacalle desde la Plaza de Armas, encabezada por Soilo Requena, portando banderas del Tawantinsuyo y la chakana, al compás de las notas de arpa y dos violines, dieron el marco especial a la ceremonia, ofrendándose a la madre tierra: coca, chicha, pan, pétalos de flores, etc, sobre una mesa de ramas de aliso y eucalipto cubierta por un mantel de fino tejido. Allí nuestro sacerdote o Huillac Umu, ataviado de prendas ancestrales invocó a los apus tutelares la protección de todos, regó la chicha alrededor de la mesa, chacchamos coca y prendió fuego a ramas secas llenándonos su calor de energía y vitalidad. Al culminar el rito, los rayos solares espléndidamente aparecieron sobre el Sháncur y todos nuevamente cogidos de las manos y al compás de la orquesta, retornamos bailando, primero a degustar una suculenta patasca con bastante mote y luego, continuar atentos a tan valiosas exposiciones y manifestaciones artísticas del encuentro.

Pago a la Mama Pacha, por el Huillac Umu Soilo Requena y acompañantes.

Ese mismo día, en horas de la noche, se presentó una inolvidable y trascendental exposición de pintura contemporánea, en el auditorio del colegio de Marca; y es que el renombrado Julio Quispe Virhuez “Quispejo”, Medalla de Oro de su promoción en la Escuela Nacional de Bellas Artes, hizo el milagro de llevar a su tierra la belleza infinita impregnada en óleos y colores, junto al artista Carlos Castillejo, natural de Malvas, de grandes maestros del Perú: Víctor Turpo, Óscar Allain, Jaime Vásquez (chimbotano afincado en EE.UU), Daniel Manta, Adolfo Asmat, Álvaro Mendoza, Pedro Egoavil, Jesús Quispe, Juan De la Cruz, Julio Camino, José Zetta, Domingo Inga, Waldir Rojas, Arcadio Boyer, Francisco Mauricio y el huarmeyano Téófilo Kawide. En el recinto nuevamente se hallaron pobladores de ponchos rojizos y mujeres con matices, sombreros y flores, gozosos de compartir con el ilustre paisano de notoriedad internacional y escritores asistentes. De esta gama y riqueza cultural milenaria, será que el artista con inmenso talento y sensibilidad, nutre su espíritu creador para que en sus expresiones geométricas depuradas y de gran acierto puedan revivir, hallarse y regocijarse su sangre, su gente, su patria.
Exposición de pintura contemporánea por Quispejo y maestros del Perú.

Estaba previsto la conformación de una nueva junta directiva de AEPA, cayendo la presidencia en el Prof. Luis Huerta Lomotte (Casma), Américo Portella Egúsquiza (Piscobamba), vicepresidente; Rodrigo Solórzano Espinoza (Recuay), secretario; Domingo Huamán Sánchez, (Huarás), tesorero; Víctor Hugo Alvítez, (Del Santa), relaciones interinstitucionales; Ricardo Virhuez Villafane (AEPA Lima) y Daniel Gonzáles Rosales (Huarás), vocales. Asimismo, se sometió a elección la nueva sede del XVII Encuentro de Escritores Ancashinos, entre las propuestas de Huarás y Bolognesi, mereciendo la ciudad de Chiquián, capital de la provincia de Bolognesi, por conmemorarse el Centenario de la muerte del inolvidable “romántico bandido” Luis Pardo Novoa, para los primeros días del mes de enero del 2009.

Un merecido reconocimiento al pueblo de Marca, autoridades y, en especial a nuestros hermanos anfitriones y amigos marquinos de siempre que desde Lima –donde radican- impulsaron decididamente el acto cultural: Próspero Gamarra Gómez, Rodrigo Solórzano Espinoza y Ricardo Virhuez Villafane; al renombrado pintor neoindigenista Julio Quispe Virhuez “Quispejo”. A Äureo Sotelo Huerta, de Aija, a los infatigables hermanos de Piscobamba, Recuay, Huarás, Pallasca, Corongo, Bolognesi, Casma, Huarmey, Chimbote.

Finalmente, deseo sentar mi homenaje y agradecimiento eterno, a parte de los nombrados, a los organizadores en general; a la señora prof. Mirtha Támara, quien nos alojó en su casa del jirón Miguel Grau, junto a Javier Gárvich, Teófilo Kawide, Ricardo Ayllón y Jack Flores, incluso adoptamos al noble guardián “Gitano” como fiel compañero de aventuras y tertulias; a las alegres y conversadores señoras del Comedor San Lorenzo, encabezadas por su presidenta María Solano y Elisa Toledo o Quelinda Cubillas, ex presidenta, por su inmensa bondad, brindándonos los mejores potajes del arte culinario local y despedirnos con el riquísimo jacacashqui o cuy horneado al carbón y trigo resbalado; a Rocío Virhuez, atenta secretaria de la municipalidad; a las generosas pallas del Inca, quienes nos ofrecieron sus pañuelos de seda invitándolos a la danza -especial recordación a Yesenia y Micheli- danzas amenizadas por la orquesta “Super elegantes de la colonia de San Cristóbal”, anexo de Ichocapampa, dirigida por el maestro Aparicio Cortéz, y en momentos escuchar las voces dulces de las pallas al entonar a dúo: “Oh soberano hijo del sol/dueño del Tawantinsuyo/catorce incas brillaron en la historia/como dueños de todo el imperio”, “Oh inca Atahualpa/pensaste reinar para siempre/mas vino la cruz y la espada/que hundió al centro de tu imperio”, recogidos también en Marca: historias y tradiciones, por R. Virhuez.

Y cuando el sabor del encuentro desbordaba nuestra felicidad, llegó la triste noticia del fallecimiento de Ricardo Cotrina Cerdán, profesor de Literatura de la Universidad Nacional del Santa; compañero de trabajo y travesías, creador poético, comprometido y contagiante espíritu del desarrollo y cultura porteña; sin poder acompañarlo a tu última mansión; aquel infausto día, desafortunadamente, abandonaba el hospital luego de una intervención quirúrgica. Ya diré mi palabra, la misma que pude decirte en nuestras mil coloquios. Entretanto, querido y considerado poeta amigo: Descansa en paz.

A todos, gracias, muchísimas gracias… señor Alcalde por la Resolución de Huéspedes Ilustres. Ahora que conozco el camino; reverente, enamorado, doy mi palabra de fe, “Volver a Marca” –como reza la novela de nuestro gratísimo chiwillaco Ricardo Virhuez-, para embelesarme de su historia, ambiente, aroma y paisaje, el danzar de sus pallas, belleza de mujeres con flores radiantes en sus rostros y sombreros, bondad de su gente, sus cantutas de colores y hiedras rosadas descolgándose al río, y en su ermita plácidamente saborear un plato de chocho escuchando selectos ritmos de “La Marquinita” o Aurelia Samaritano, hasta despertarme el altoparlante de la tienda “Tico” alertando al pueblo de llamadas al único centro comunitario telefónico, esta vez, con su inconfundible llamado: “Ya es hora de volver, ya es hora de volver, por donde vinieron, señores escritores visitantes. Gracias, muchas gracias. Marca los espera”. Entonces, anonadado, petrificado, sin aliento, pensando echar vuelo quedo eternizado, semejando el Sháncurpunta, henchido de nobleza, sabiduría, ensueños, cariño, esperanzas y recuerdos.

Chimbote “Puerto de Oro”, 6 de octubre del 2008.


























Cosecha de Marca

Víctor Hugo Alvítez Moncada


Al descargar la alforja que acompañó mi periplo al Ande, siento el deber de plasmar mis comentarios a cada uno de los libros, con la finalidad de difundir y hacer conocer las obras y autores de nuestra Región -cual fructífera cosecha de Marca-, intentando sentar los sentimientos en autores y obras que merecen ser reconocidos porque engalanan el acervo documental o patrimonio bibliográfico cultural, elevando el espíritu regional.


II


CANTARES DE MARCA(*)

“Bendita seas tierra de Marca,
generosa y hospitalaria,
de riquezas muy promisorias
y recuerdos inolvidables”

Cantares de Marca de Próspero Gamarra

Cantares del distrito de Marca, Recuay – Ancash, es el último libro presentado por Próspero R. Gamarra Gómez, con ocasión del XVI Encuentro de Escritores Ancashinos “Julio César Pozo Cueva” realizado precisamente en Marca, lugar donde nació su autor en 1950. Valiosa publicación de 508 páginas, pulcramente impreso en los talleres gráficos de la Editorial Universitaria de la Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle”, en abril del 2008; dedicado a los marquinos y paisanos de los pueblos de la Vertiente Occidental de Áncash; en el cual se registran 28 tipos de cantares, con un total de 660 canciones de 152 autores, siendo el huaino, el de mayor significación con 490 canciones. Además, es autor de: Tradiciones orales del distrito de Marca y El vuelo del chiwillo; también de: Árboles nativos de importancia económica del distrito de Marca y De la escuela al jardín botánico.

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(*) Publicado en: Diario La Industria de Chimbote. Año XII, N° 4727. Directora: Ana Isabel Burga Cerro.
Chimbote (Perú), domingo 19 de octubre de 2008. Página Cultural N° 9.
Próspero Gamarra, es Licenciado en Educación, especialidad Biología y Química, por la Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle” (UNE) La Cantuta; luego optó el título de Biólogo con mención en Botánica, por la Universidad Mayor de San Marcos, Magíster en Botánica Tropical, con menciones en Botánica Económica y Etnobotánica. Doctorando en Ciencias Sociales, especialidad Antropología. Profesor Principal a Dedicación Exclusiva de la UNE. Compositor, recopilador y arreglista de innumerables canciones dedicadas a Marca. Incansable sembrador e investigador de cantutas –flor de los Incas y nacional- en colores: rojo, blanco, violeta, etc. y de las llima llima.

Marquina, adornada de cantutas y traje típico.

“El propósito central de esta contribución, macerada en muchos años, es revalorar nuestro patrimonio cultural en el ámbito del folclor y aportar a la formación de la conciencia del verdadero regionalismo y la verdadera nacionalidad, con el conocimiento de aquello que nos identifica como marquinos, vertientinos, ancashinos y peruanos, cual es, el cantar, que está inmerso en la vivencia de la población total del Perú”, anota con orgullo Próspero Gamarra, querido y reconocido en su lar como “Llody”, en la introducción de la voluminosa obra.

Próspero Gamarra “Llody” y José Luis Ayala, conversan sobre
Marca y su cultura, frente al monolito del parque San Lorenzo.

El libro está distribuido en amplios capítulos como “Cantares costumbristas” donde apertura el huaino nativo de Marca, con canciones inspiradas, recopiladas y arregladas por este chiwillo cantor, y huainos de otros autores de Marca. Destacan las creaciones de Llody: “La flor de Llima llima”: “En tu sombrero marquinita/puse una flor de ‘llima llima’/y en tu pecho ¡ay! Ingrata/puse todo mi cariño” finalizando con una fuga en quechua cuya traducción dice: “Tienes un solo corazón/que no es de piedra ni de nieve,/cuando te acuerdes que te he amado/sentirás un gran dolor de corazón”.

Continúan otras composiciones dedicadas al terruño querido, al amor esperanzado, a la naturaleza exquisita, al patrón y mártir San Lorenzo, como: “Picaflor marquino”, “Mi querida tierra”, “Recuerdos del 10 de agosto”, “San Lorenzo”, “Marqa”, “No puedo olvidarte”, “Linda marquinita”, “Flor de cantuta”, entre otras recopiladas y arregladas, con la singularidad de incluir algunas en quechua y español combinadas, otras cuartetos o fugas en quechua. Además el capítulo es ampliado con huainos introducidos; huainos de otros autores e intérpretes de Ancash, como Pastorita Huarasina, Jacinto Palacios, Aurelia Samaritano “La Marquinita” y otros; huainos de autores de otras regiones del Perú, huailash, huailashiada, jara puklla, etc. Algunas de las cuales tiene su propia partitura.

Cantares tradicionales de carácter nacional, es otro capítulo que incluye: cumbias, corridos, guarachas, marineras, polcas, valses, yaravíes, entre otros, Continúa el capítulo dedicado exclusivamente a Cantares tradicionales, donde figuran: Qaya a las pallas, Huaino del capitán Pizarro y sus socios de la Conquista, Tunki, Wachiwalito; Cantares de misa: fúnebres, Semana santa, primera comunión, etc.

Finaliza el libro: Canciones escolares, relación de autores, compositores y recopiladores, índice alfabético de las canciones; cerrando como anexo, el Decreto Supremo N° 013-2006-ED que crea el “Día de la Canción Andina del Perú”, el día 15 de junio.

Gracias al autor de El cantar de Marca, Próspero Gamarra, a raíz del imperecedero Encuentro de Escritores Ancashinos, guardo en el corazón y nuestro Centro de Información Regional, una valiosa fuente de consulta para el cantar de este suelo florido y en especial, para el estudio e investigación del incomparable folclor de Áncash, donde aparecen sus principales canciones, varios creadores y máximas figuras interpretativas.

“Esta será la última noche
que canto a tu puerta,
porque mañana me alejo
a tierras ajenas”

Chimbote “Puerto de Oro”, 6 de octubre del 2008.










Cosecha de Marca


III


“TIRULERÍAS”: AÑEJO CANCIONERO ESCOLAR
DE ALEJANDRO COLLAS PAUCAR(*).


Víctor Hugo Alvítez Moncada

Maestro Alejandro Collas Páucar

Yehudi Collas Berrú, amigo, abogado y escritor huarasino, presente en el Encuentro de Escritores Ancashinos, realizado en Marca, en setiembre último, motivado talvez al escuchar mi ponencia “Libros para Áncash”, donde expuse la colección de cinco tomos sobre temas exclusivos de esta región publicados hace 50 años, conservados en el Centro de Documentación Regional, que dirijo en Chimbote; me alcanzó el libro: TIRULERÍAS (Cancionero Escolar), cuyo autor es su señor padre don ALEJANDRO COLLAS PAUCAR, maestro y compositor de larga trayectoria educativa y cultural a favor de Áncash y el Perú. Es un importante libro de canciones como dice el sub título y preciada joya bibliográfica, perdida en el tiempo y la distancia por la antigüedad de su edición.

Alejandro Collas Páucar, nació en Huarás, el 2 de julio de 1915; hijo de don Juan Bautista Collas More y doña Isabel Páucar Huerta. Luego de concluir sus estudios en el Colegio “La Libertad” de Huarás, ingresó a la Escuela Normal de Tingua (Yungay) obteniendo el título de Normalista Rural de Segundo Grado, en 1943; considerado como uno de los mejores egresados, junto a una pléyade de verdaderos humanistas y maestros ancashinos como: Teófilo Maguiña Cueva, Francisco Gonzáles, Cristóbal Bustos Chávez, Roosevel Menacho Duque, Claudio Sarmiento Alcedo; Washington Castillo Cedrón (contumacino), llegando algunos de ellos a fructificar la mente de la niñez y juventud porteña de aquel tiempo.

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(*) Publicado en: Diario La Industria de Chimbote. Año XII, N° 4733. Directora: Ana Isabel Burga Cerro.
Chimbote (Perú), sábado 25 de octubre de 2008. Página Cultural N° 10.
Inició su apostolado en Piura, retornando a su suelo amado para continuar desarrollando una extensa y sostenida labor pedagógica, cultural y musical. “Creó canciones inolvidables con letra y música, porque era un excelente lector de partituras. Tenía un estro poético especial para la composición de los versos, que han quedado grabados para siempre entre los que escucharon y cantaron. El primer ‘Orfeón Infantil’ en educación primaria fue organizado y dirigido por él, con cancines de su propia creación. Este orfeón, primero y único en un plantel estatal, paseó por la costa del Norte peruano por los años 50, hace más de medio siglo, cosechando triunfos y aplausos, desde Huarás, todo el Callejón de Huaylas, Chimbote, Trujillo y Chiclayo. Para ser músico y compositor, hay que tener los privilegios del oído y la inspiración para las letras, y éstas poseía el profesor Collas”… escribió Panchito Gonzáles, amigo personal en la revista cultural “Asterisco” de su dirección, Año XVIII, Huarás, enero 2004, N° 16.

TIRULERÍAS Cancionero escolar

TIRULERÍAS, Ediciones de Educación Infantil, apareció en homenaje al Centenario Político de Huarás y Huaylas (1857 – julio 25 – 1957), es decir hace 51 años, impreso en los Talleres Gráficos de la Empresa Editora “El Departamento” de nuestra ciudad capital regional de Huarás, en 60 páginas. La acertada ilustración de la tapa corresponde a Humberto Chávez Bayona; la carátula interior presenta la acuarela “El Huascarán y el Huandoy” vistos desde Huarás de Francisco Gonzáles y, cada una de las canciones llevan ilustraciones de los mismos artistas, es decir: Humberto Chávez Bayona y Francisco Gonzáles, que junto a Alejandro Collas, atizaron en su momento el despertar cultural huarasino y ancashino. Tres grandes maestros y amigos que seguro continúan vivando el desarrollo espiritual; recitando poesías, entonando y zapateando alegres chuscadas o nutriendo las paletas con matices y colores que desde arriba, del cielo, donde pernoctan contentos por el deber cumplido, mejor inspira el alma las tonalidades de la naturaleza y comportamiento de los seres humanos.

En el prólogo, Daniel A. Ortiz Robles, a la par, Inspector de Educación de Pomabamba, suscrito en Huaraz, el 1° de junio de 1957, se puede leer en un primer y extenso párrafo para refrescarnos el cerebro y la memoria, y saber cuánto hemos cambiado y avanzado en nuestras reformas educativas y políticas culturales: “El profesor Alejandro Collas Páucar virtuoso del violín, quiere que yo, modesto maestro, sea quien presente al Magisterio esta colección de cantos escolares, pero, presentar al público el libro de Alejandro Collas Páucar, sería como presentarlo al autor, cuyo prestigio de músico y maestro ya es bastante conocido, porque su culminante actuación profesional lo coloca sobre todo elogio; pero razones del más elevado concepto de amistad y compañerismo profesional me obligan a presentar esta obra, fruto de la fecunda labor pedagógica y artística del profesor Collas Páucar que, como buen maestro y artista sabe penetrar al fondo de nuestros espíritus, donde existe un sentimiento innato: el sentimiento del ritmo, del acorde, de la armonía, que es principio de aplicación universal. Sentimiento del ritmo que, como aurora del sentimiento de lo bello ya se encuentra hasta en los niños lactantes que se colman y sonríen a los cantos de quienes les mecen en la cuna. Este sentimiento es lo que muy bien lo sabe explotar el espíritu artístico del profesor Alejando Collas Páucar que en su afán de cultor y educador de los sentimientos del alma infantil, llega a obtener efectos maravillosos en las infantiles voces de sus niños que con sus escogido cantos suele hacerlos vibrar en belleza de armonías”…
“Los Tiruleros” dice el maestro Alejandro: “Es una banda infantil de fácil organización en cualquier medio, para dar alegría, educación artística y destreza rítmica a los niños. Pueden participar en desfiles o presentarse en un escenario. Sus resultados son maravillosos por la destreza que adquieren en el compás y por la independencia del oído al ejecutar sonidos diferentes que los capacitan rápidamente para formar un orfeón infantil”. Sobre la indumentaria indica que bien puede ser el uniforme escolar, sombreros de periódico, una lira de cartón como distintivo musical y correaje de tela. En cuanto a la organización, escoger 19 niños (distribuidos para: 1 bandera, 1 bombo, 2 triángulos, 3 tambores, 3 platillos, 3 cornetas, 3 clarinetes y 3 bajos), caracterizados por su voz y aptitud musical, según su timbre de voz serán designados para cada instrumento; los de voz grave para bajo y bombo y, de voz aguda para clarinetes, etc.

Para los instrumentos de los tiruleros, recomienda el maestro Collas Páucar, pueden ser construidos de materiales simples, hoy llamados de descarte o reciclados Por ejemplo: los triángulos serán de clavos grandes doblados y una pita suspendida, el bombo de una caja grande de cartón, los tambores de tarros de lata; las cornetas, clarinetes y bajos, serán de carrizo de diferentes tamaños y formas. Se elegirán marchas y canciones adecuadas de ritmos fáciles y precisos. Es decir, este libro o manual de música para la escuela primaria de entonces, con la metodología aplicada, introducía a la niñez en el dominio del canto y aprendizaje de la música a través de variados instrumentos caseros, diré; así como en la creatividad de rondas, canciones, marchas, himnos, etc. de acuerdo al año o grado educativo por los maestros en especial, descubriendo y ampliando su propia identidad y amor a lo nuestro, ante la falta de materiales pedagógicos. Métodos que fueron puestos en práctica en distintos lugares y en especial del Ande peruano -sin siquiera conocer el manual-; afición o práctica que al final, dio como resultado grandes músicos, sino preguntemos los inicios musicales del maestro Daniel Cortéz Belupú, natural de Sechura (Piura), -quien de niño tocaba las tapas de ollas de su casa hasta destrozarlas-; trompetista y arreglista de las orquestas más reconocidas de Chimbote, como los inolvidables “Rumbaney”, “Pasteles Verdes” o “La Gran Familia”. Aparte, soy testigo fiel, cuando los niños de mi pueblo se organizaban imitando las bandas de músicos después de las fiestas patronales, utilizando tapas de ollas, cajas de cartón y uniformes de periódicos pasados; plasmé en la cartilla de poesía infantil Torito de penca / torerito de papel, cuando digo: “Desde una esquinita/animan los músicos/con tapas de ollas/y cornetas a puro pulmón”.

Las letras y canciones del manual son creaciones del maestro Collas en su mayoría, adecuada a cada año o grado, desde la desaparecida transición, hasta el quinto año de primaria, acompañadas de su respectiva partitura e ilustración. Se hallan canciones simples como: ¡Viva mi patria/y su bandera!, ¡Viva mi escuela/y su juventud!; “El pollito”: “El pollito/toma agua/come trigo,/busca abrigo/en las alas/de su madre./Chiac, chiac/toroc, toroc/chiac, chiac/toroc, toroc”; “La a y la o”, “Las vocales”, “El niño escolar”, “El sapito”, para los más pequeños. Además, “Nuestro Perú”, “Lindos jilgueritos”, “La vicuña” (huayno), “Los números”, “A la madre”, “Los talleres”, “Canción del estudiante peruano”, entre otras canciones para los más grandes: “¡Huanaquito de los Andes!/tu que vives en las punas,/sácalo de esa nevada/a mi linda vicuñita,/que aquí tiene yerbas frescas/y agüita del Río Santa”. Concluyendo dicho manual con dos significativas lecciones: La importancia del canto y su aplicación en la escuela, con la clásica reflexión: “Escuela donde no se canta, jaula sin jilgueros”, allí anota: “El canto es la expresión artística de la música y de la poesía por medio de la voz, no ha sido inventado, sino es inherente a la naturaleza del hombre y solamente ha sido cultivado paralelamente a la evolución humana”… concluye el texto con: Metodología del canto.

Collas Páucar, publicó en 1940 sus trabajos: “El alfabeto del quechua continental de la cultura Huaylas” y “La infraestructura de la música ancashina”. Además, TIRULERÍAS, indica en la solapa posterior las obras inéditas del autor: “Procedimiento de lectura y escritura audio ideo visual” y “Enseñanza de la ortografía en la transición, primero y segundo años” de los cuales no tengo mayor referencia. Se especializó como Profesor de Canto y Música, en el Conservatorio Nacional de Música; Organización y Administración Escolar en la Universidad Católica; Supervisor Escolar en el Instituto de Perfeccionamiento Magisterial de Lima; y, Técnico en Preparación de Material Escolar, en el Instituto Tecnológico de Lima. Su vasta trayectoria artística data del año 1936, al fundar el Conjunto “Tupís Huanta”, luego vendrán los conjuntos “Soledad Huarás”, “Folclórico Ancashino” y, la popular y célebre “Lira Andina”, con las cuales mereció reconocimientos y distinciones a nivel local y nacional.

Sus composiciones continúan vigentes, admiradas y aclamadas en el parnaso musical ancashino matizando el quechua al español, con gran éxito y evocación a su creador: “Ecos del Qanapun” fantasía indígena, “Danza de los Waras” grabada en varias versiones a nivel nacional e internacional; “Barrio soledano”, “Bellas huarasina”, “Huarás cariño” y “Lindo huarasino”, valses; “Oración a la madre”, triste; “Isabelita”, yaraví; “Warmy juicio”, “Linda soledana”, “Amorcito retratado”, “Ancash tierra linda”, “Agua del olvido”, “Huamanripa”, “Shimpicha avisa”, “Agüita de toronjil”, huainos y chuscadas; entre otras marineras, pasacalles, rondas, grabadas entre los años 1945 a 1975.

En vida, recibió sendos homenajes como “Palmas artísticas del Perú”, 1989; Medalla “Ciudad de Lima”, 1994 y Medalla “Ciudad de Huarás”, 1997. Brillante maestro, músico, compositor y folclorista ancashino, falleció el 22 de agosto de 1997, en pleno “Día Mundial del Folclor”, se veló tres días entre canciones y danzas de su propia inspiración y su entierro todo un acontecimiento artístico por reconocidos artífices como “Pastorita huarasina” y muchos más, recorriendo calles en hombros de la multitud, al compás de típicas chuscadas y melodías eternas.

“Soy ancashino de buen corazón,
cariñoso como sus paisajes,
en esta tierra jardín del amor
mi vida y tu vida ya florecerán”


¡Honor y gloria al Maestro Alejandro Collas Páucar,
Él Vive encendiendo el corazón de los hombres y pueblos andinos del Perú!

Chimbote “Puerto de Oro”, 9 de octubre del 2008



Cosecha de Marca

IV


LOS CUENTOS DE SHULLYA
Y POEMAS PARA NIÑOS DE VIOLETA ARDILES(*).


Víctor Hugo Alvítez Moncada



Tapa de Los cuentos de Shullya CD Rom Poemas para niños.Vol I
de Violeta Ardiles


El Encuentro de Escritores Ancashinos, realizado en el distrito de Marca, Recuay, Áncash, a finales de setiembre, fue ocasión para reconocer algunas figuras egregias del parnaso regional, de quienes había leído algo de sus obras, o sus nombres acudían claramente a mi memoria. Retornando del Pago a la Mama Pacha, danzando al son de la orquesta de arpa y violines para reiniciar las actividades programadas; me hallo atado a las manos calientes de dos damas escritoras huarasinas, todos regocijados y plenos de energía por tan honda y singular ceremonia ancestral; una de ellas es Violeta Ardiles Poma, a quien no conocía personalmente pero sí tenía referencia amplia de su trayectoria educativa y dedicación a la infancia. La otra dama es Nora Rosa Gamarra, poeta, con quien ya había tratado cuando asistí a la Feria de Libros “Redes y Trillas”, realizada en la capital regional el año 2004.

Violeta Ardiles, es educadora y escudriñadora escritora, nacida en el distrito de Pampas Grande, Huarás, en 1945. Se hizo maestra en la Escuela Normal Superior Mercedes Indacochea, de su natal y “Generosa Ciudad”. El paraíso y sentimientos de su nacimiento lo envolvieron de increíble fuerza telúrica que luego convertirá en barro pródigo o materia prima para recrear su obra literaria y artística. A pesar de haber iniciado a escribir en 1996 –según refiere-, su trabajo ha sido continuo y prueba de ello es la siguiente y fecunda producción: Cuentos telúricos, Destellos poéticos, Con alma de niño, Ternura, Flor de cactus, Metáforas de Teo y Facundo (3 ediciones), y Los cuentos de Shullya. Además de las substanciales grabaciones en CD Roms: Contando cuentos, y Poesías para niños.

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(*) Publicado en: Diario La Industria de Chimbote. Año XII, N° 4739. Directora: Ana Isabel Burga Cerro.
Chimbote (Perú), s ábado 1 de noviembre de 2008. Página Cultural N° 10.
Suma la maestra Ardiles a su impecable trayectoria y acelerado trajinar, honrosos premios literarios en Huarás y Carhuás; medallas de poesía internacionales en Durazno, Uruguay (2000) y Livre - Pelotas, Brasil (2000, 2002, 2003, 2004 y 2005), más otros justicieros reconocimientos del INC Áncash, Concejo Provincial de Huarás y de su adorado Pampas Grande.

Aquel día tuve el honor de reconocer su viva, inquieta y contagiante alegría y amistad, de grata emoción, suficiente muestra de confianza para enrumbar nuestro afecto, que al parecer se hacía más antiguo de lo que esperaba o creía. Conversamos de amigos e inquietudes comunes, solamente hacía falta estrecharnos en un abrazo y rendirnos un relámpago a la conversa.

Violeta, al presentarse en el encuentro literario de Marca, impactó al auditorio cuando contó un ameno cuento en Quechua, varios asistentes reían a carcajadas y hasta lo animaban en el mismo idioma, al traducir al español –para algunos de nosotros ignorantes del habla maternal- comprendimos la inmensa esencia y riqueza de la meritoria y postergada lengua, contagiándonos la risa provocada por tanta sapiencia y gracia. Entonces, doy la razón a Javier Gárvich, convertido en un genuino investigador sobre el jolgorio encerrado en la literatura oral y escrita, al exponer el tema El humor en las literaturas del interior del país, en el indicado recito y evento cultural. Nuestra escritora, no dejó también de mostrar su arte declamatorio, recibiendo el gratificante aplauso a su obstinada tarea exquisita educacional.

Producto de este fructífero acercamiento, recibí de Violeta Ardiles, dos perdurables presentes que merecen propagarse y conocerse considerablemente: Los cuentos de Shullya, y Poemas para niños (CD rom).

Los cuentos de Shullya.- (Shullya: gotas de agua). Aparece en una buena y cuidada edición de la reconocida Editorial San Marcos, (Lima, 2007), en 190 páginas de fino papel y tapa a full color, ilustrada y plastificada de níveos paisajes y espejos celestiales; libro dedicado a Huarás, por el sesquicentenario de creación política provincial. Reúne un buen racimo de uvas de saúco o bandada de zorzales de 44 cuentos o relatos recogidos de la rica tradición oral y popular ancashina, versiones renovadas o distintas en su mayoría por la autora como: La pastora y el Ichick Ollqu, Achiké, El anciano y el oso, La Nina Mula, La Qeqi, Historia de Pishtacos, etc., otros cuentos nuevos y bellos de su amplia experiencia para deleitar a los niños: Luchito gorrión, Shanti gol, Las plumas del ángel, Abi y el arco iris, Origen del Lago Titicaca y el arco iris, etc. Al finalizar incluye los trabajos recopilados por Rosita Cerna Guardia y Marcos Yauri Montero, dos lumbreras del reino literario ancashino: “El entierro” y “El nevado de San Cristóbal”, respectivamente.

“Esta magnificencia solo puede ser expresada por un ser puro, que ama, que mira la vida con pasión, humildad y también con preocupación, sin dejar de lado su vida, su presente, sus pretensiones, entregadas a una mañana de flores, con perfume a paz, amistad y cariño, invitándonos a leer y rescatar el hábito de la lectura”… Acota en la presentación el Prof. Mario Carrión Leyva, especialista en el Área de Comunicación.

En palabras de la autora, claramente establece: “Estos relatos durmieron en mi memoria, hasta que como docente, me vi en la urgente necesidad de que mis alumnos aprendieran a leer y escribir con alegría e interés. Para lograr mi objetivo, muchas veces dejé de lado el currículo, buscando mis propias técnicas y temas. Así, hice de mis discípulos seres entusiastas, imaginativos, creadores: HUMANOS(…) Por eso, quiero seguir dando a los niños, temas sencillos pero de contenido que, al mismo tiempo que deleiten, también enseñen, usando elementos de su entorno que le despierten el amor a la naturaleza y a su terruño, acrecentando su identidad(…) “Huarás acrecentó mi inspiración con sus paisajes divinos: blancura angelical, verdor de paraíso, ríos y lagunas susurrando oraciones, limpio cielo azul y gente maravillosa. Cómo no amarla y cuidarla, porque Dios por alguna razón nos dio por hogar un trocito de cielo”.

Poemas para niños. Vol I.- CD Room seductor y bien presentado, producido por Sabor mix de Huarás, donde aparece la imagen de la amiga de los niños y maestra Ardiles, y fondo divino de nuestro paisaje ancashino con lagunas y cielo azul, nevados y albas cantutas, a los que ella canta y dedica sus tiernas inspiraciones. Violeta Ardiles, creadora y autora, nos ofrece todo un relevante recital poético, con placentera voz y espíritu infantil y maestra a la vez, que envuelve el alma de niños de cero a cien años, como suele decir, con su magia, encanto y misterio.

Poemas para niños, está distribuido didácticamente y para mejor entendimiento en 6 partes o capítulos y dentro de ellos, algunos de los alegres poemas con fondo musical adecuado, incluido temas de nuestro folclor: I. Zoológico de amor, donde: Vaquita lechera, Vizcachita, Cóndor, La vicuñita, Burrito obrero, Mis conejos y otros, orientan su claro mensaje y entretenimiento a los más pequeños del aula o del hogar. II. Sentimientos: Mis amigos del campo, Para mamita quiero, El lustrabotas, Me duele la baliguita. III. Mosaico: Primavera, Vacilan las vocales, Flamea mi bandera, Maravilloso Perú, La luna, La naturaleza, Mi lápiz, Pastillas traba traba, Mañanas huarasinas, La lluvia. IV. El amor despierta: Soroche de amor, Besos de raspadilla, Caminito a mi colegio, Por el hueco de ozono. V. Desde el fondo del alma: Pidiendo al niño Dios, El Poncho, Callejón de Huailas, Palomita, Bendita América, etc. Debiendo resaltar también que algunos poemas están recitados en Quechua con su vinculada traducción.

Todo un ejemplo de magisterio e historia repetida en docentes peruanos, en especial del Ande y la Selva, donde siempre hubo necesidad de incrementar con algo más nuestro a los textos iniciales oficiales como: “Coquito”, “Pablito”, Carlitos”, donde muestran niños con elegantes uniformes, lustrosos calzados o mochilas norteamericanas, maestros de terno y corbata; escuelas con azotea; el mar, buques, yates, yoyos, ábacos y otros elementos desconocidos. Entre tanto, niños de otras regiones, solamente conocíamos ropas parchadas, llanques y pies brillantes o alforjita con mate y frío fiambre; maestros de poncho y sombrero; escuelitas de techos de tejas ichu, ríos y lagos con canoas y, una talega de pepas secas de chirimoya, chunguitos o palitos de judivarilla para aprender las operaciones aritméticas; ante la carencia material y espiritual en escuelas y pueblos olvidados y hasta excluidos del Perú andino y profundo.

Como maestra de larga práctica y oportuno accionar, Violeta Ardiles, ha caminado dejando hondas huellas en su existir, clavando el arado en tierras fértiles donde florezcan las semillas del alma y del saber. Es el prototipo del maestro peruano que basándose en la riqueza natural y cultural de su entorno, hace de su vida una comunión con el arte y la educación; senda para encauzar el sabio rumbo y destino de la niñez. En sus trabajos literarios, está presente la cosmovisión andina en todas sus aristas, donde elementos naturales, animales o seres desanimados, toman vida -cual fuente diáfana- perpetuándose como ejemplares cuentos, relatos, fábulas e historias; personajes supuestos o de carne y hueso. Muchos de los cuales van acrecentando e innovando la rica narrativa andina ancashina, los valores morales, éticos, patrióticos, religiosos; así como el enigma del Ande aglutinados en el caudal de un río cristalino para regar de sabiduría todos los valles del alma. Es decir, todo una valiosa compilación de cuentos y poemas para niños, que todos debemos acoger, difundir y expresar nuestra gratitud al estro creador de tan especial y perseverante maestra y amiga de todos los niños, de ayer y hoy, de mañana y siempre.


Chimbote “Puerto de Oro”, 12 de octubre del 2008










































Cosecha de Marca

V

AMARANTA O DELIRIO DE AMOR
DE NORA ROSA GAMARRA


Víctor Hugo Alvítez Moncada


Tapa del libro: Amaranta: delirio de amor ,
de Nora Gamarra Ramírez

Nora Rosa Gamarra Ramírez, (1959).- es poeta huarasina que su lira se alza y enrumba los sentimientos puros del amor -en ella, presentes y ausentes a la vez. Con: Amaranta delirio de amor, llega a la madurez poética y decide aventar su espiga sensible a los confines del universo y ser humano, esperando saciar corazones de amor y paz, de ternura, recuerdos y esperanzas, a través de versos nutricios y columna vertebral de la poeta, de candorosa llama incendiaria invadiendo el mundo y haciéndonos sentir en carne propia su contagiante exaltación espiritual.

Amaranta delirio de amor, acaba de brotar de la tierra –o mejor dicho de la imprenta-, por Katequilla Editora (Huarás, setiembre, 2008), en 71 páginas de afecto y desolación. Dedica el primer poema a Gustavo A. Bécquer; continúa: Añoranzas, compuesto de tres poemas, finalizando con la sustancial Amaranta delirio de amor, título del poemario compuesto de 34 poemas de equilibrado estilo pasional; en buen papel y atractiva carátula a full color con paisaje surrealista ancashino, cual cofre que merece perennizar la voz, inspiración, emoción y encanto de nuestra poeta.

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(*) Publicado en: Diario La Industria de Chimbote. Año XII, N° 4768. Directora: Ana Isabel Burga Cerro.
Chimbote (Perú), domingo 30 de noviembre de 2008. Página Cultural N° 9..
Aquí el amor imaginado reluce pleno de grandeza y felicidad, canta al ser que ama encumbrándolo por sobre todas las cosas, no hay o puede existir otro galán igual o similar, el príncipe azul es único e inconfundible: “Antes de saberte, yo lo quise rubio./Rubio como el sol,/como sus rayos fulgurantes de esplendor/y la radiante luna que mira con amor”. Despercudido romance encarnado en una flor repleto de ilusión y decepción; súplica, fantasía, recuerdo, delirio; asomando en algunos casos en fino y desgajado erotismo que puede llegar a lindar hasta con el martirologio: “Y púseme en la noche señalada/el seductor semblante de la diosa del fuego./Ondulé mi cuerpo de tentadora sierpe/y pronuncié tu nombre con el más divino acento”; versos que retienen al lector para contagiarse de sus impresiones sinceras y afectivas. La poeta y el amor metafísico están envueltos en un capullo que talvez no alcanzó a florecer en el tiempo como ella en especial quería, desde entonces la tormenta acecha para rubricar con tinta de su sangre estos versos ardientes: “Úngeme sólo de fragancia./Hazle un dique al tropel de tus besos./Tala tu árbol, que en flor se convierta/y prende en mi fruto un suave color”.

¿Dónde estuvo escondida esta criatura ferazmente enamorada de Adonis?, ¿de qué fuente colgaban sus sueños apretujados de tristeza y afección?, ¿qué mortal hirió profundamente su corazón hasta hacerla sollozar y expirar? “¡Quién sabe, Señor!“. Solamente el tiempo cuando destape su rostro descubrirá al verdadero culpable, autor de tal perturbada acción, otrora amor de su vida y porqué de la noche a la mañana sepultó su encanto, mató la flor. El libro Amaranta delirio de amor, se convierte en el más importante cómplice y testigo por encubrir todas las respuestas a tan desesperado tormento.

Revisando la valiosa colección “Cuadernos de Difusión” que entusiasmado me obsequiara en su integridad mi gran amigo, maestro, filósofo, artista y escritor huarasino Francisco Gonzáles, o mejor “Panchito Gonzáles”, en una visita que le hiciera el año 2003, con la finalidad de incrementar el Centro de Información y Documentación Regional Áncash, que con esmero trato de impulsar; publicación del Instituto Nacional de Cultura-Filial Áncash, bajo su dirección; e indagando la travesía literaria de Nora Rosa Gamarra, hallo “En nuestro siglo” (poesía y prosa por Nora Gamarra), N°41, Huarás, 1983, en cuyo prefacio escrito por el entonces director del INC y fundador de dicho folleto, Panchito Gonzáles, lo siguiente: “1983 es un año preñado de muchas esperanzas y realizaciones que iniciamos con el mismo entusiasmo que ayer. Hay mucho optimismo y fe en la obra humana, por lo que hacemos nuestro el pensamiento de Terencio: ‘Soy humano y sólo lo humano me interesa’. En esta búsqueda encontramos autores desconocidos y abriendo el pórtico del presente año ofrecemos al público un nuevo valor femenino, la escritora Nora Gamarra que pletórica de juventud e inspiración ha realizado una obra literaria muy valiosa dedicada a su generación, la generación de hoy(…) La escritora Gamarra, consciente de esta realidad y quizás un poco desilusionada de tanta superficialidad, ha escrito este bellísimo manojo de versos y de prosa que son toda una invocación para enderezar el camino y mejorar al hombre, telón de fondo que anima la obra”. Es un poemario inicial donde escribe poesías tiernas, filosóficas, épicas, patrióticas, etc. concluyendo con prosas de hálito romántico y reflexivo.


En nuestro siglo, al parecer, constituye la primera publicación de Nora Gamarra. Existen otros trabajos sueltos suyos publicados en revistas y periódicos de la región. Ha logrado algunos reconocimientos a su labor e integra instituciones literarias de Áncash y el país.

Nuestro encuentro en la Feria de Libros “Redes y Trillas”, con la publicación de quince libros de autores ancashinos, en poesía y prosa, publicados por la Editorial Altazor, mereció la presentación de dichos libros en Chimbote y Huarás, el 2004. En esa magnífica ocasión, viajé a la capital regional y nos juntamos con varios intelectuales huarasinos, entre ellos estaba Nora Gamarra, departiendo alegría y amistad. Luego partí con ella a visitar al amigo común Panchito Gonzáles quien ya se encontraba muy delicado de salud y por esa razón no pude verlo en vida, por última vez, a aquel incomparable y grato amigo, soñador y Quijote ejemplar indeclinable, que al fallecer poco tiempo después, no ha dejado sino un amplio y despejado horizonte de enseñanzas, erudición, tristeza y muchísima esperanza en el devenir cultural ancashino.

Con el alma lacerada de dolor al no poder estrechar el abrazo al amigo exuberante y cordial, acompañé a Nora Gamarra, hasta su casa cercana del Jr. J.M. Villanueva, allí conversando muy cerca al cielo, me obsequió su antología poética de edición sencilla del año 2004.: “Flores de María Senda I”, donde se preludia la fuerza amorosa y amatoria de la autora a los poemas de su último libro; retribuyo tal noble gesto con la dedicación de mi último intento lírico “Árbol era esa mujer”. Encuentros personales que han acercado nuestra amistad, labrándola actualmente.

Que el amor e ilusiones despojados de esta trovadora ancashina, sigan concediendo sus sueños y encanto a la vida; y, el sollozo y lluvia de su alma germinen en riberas de ríos y mansiones de cielo añil, albos pendones y armoniosos jardines de Puyas Raimondi, cantutas, retamas, queñuales.

Chimbote “Puerto de Oro”, 18 de octubre del 2008














Cosecha de Marca
VI

COCHAPETÍ: RESPLANDOR DE HALCONES EN VUELO
Y VERSOS AL ROSAL DE DOMINGO HUAMÁN SÁNCHEZ

Víctor Hugo Alvítez Moncada


Importantes libros de Domingo Huamán Sánchez

Domingo de Guzmán Huamán Sánchez, es un antiguo luchador y leal gestor cultural de nuestra región. Esta vez, volvemos a estar con él rodeados de muchos amigos y amistades en el Encuentro de Escritores Ancashinos, sucedido en el ejemplar distrito de Marca (Recuay) “Perla de las Vertientes del Pacífico”, en la misma brega del camino y destino. Siempre solícito, campechano, atento; estrechándonos en un cálido y fraternal abrazo. Con él han llegado desde Huarás una selecta embajada de hermanos escritores: Rosa Osorio Milla, Violeta Ardiles Poma, Nora Gamarra Ramírez, Verónica Solórzano Vidal, Macedonio Villafán Broncazo, Yehudi Collas Berrú, Daniel Gonzáles, entre otros.

A nuestro amigo Domingo, desde abajo del puente lo habíamos divisado parado soleándose frente a la puerta del auditorio de la Comunidad Indígena San Lorenzo, esperando el inicio del evento. Kawide, el pintor-escritor aijino de Huarmey quien fue su discípulo en la Escuela de Formación Artística de Huarás, advierte su presencie y anuncia a la distancia su inconfundible figura. Vamos a su encuentro. El tiempo no ha mellado sus inquietudes y está tan entusiasmado, sincero y amical como ayer; en su primera presentación pulsa una mandolina y acompañado de un par de guitarristas del lugar ofrece a Marca una canción recientemente inspirada. Y es que el escritor y flamante editor de literatura infantil de Casma, César Oliden, desde hace rato estaba sugiriendo que cada uno de nosotros dedique creaciones al pueblo generoso; así como él que ya había compuesto y leído dos leyendas encantado por el Apu Shancurpunta.

En el transcurrir de ponencias y recitales, Domingo de Guzmán me hizo entrega de dos voluminosos libros: “Cochapetí: resplandor de halcones en vuelo”, importante monografía de su tierra natal, y antología poética personal “Cogiendo versos al rosal”. Ambas constituyen las más significativas publicaciones en el devenir de su existencia, largo aliento y plena madurez literaria y cultural. Antes había publicado las antologías: “Poesía peruana”, “Qarwanchi, poesía joven ancashina”, “Poesía infantil”, “Poesía ancashina del Siglo XX”, etc. Biografías: “Santiago Antúnez de Mayolo” y “Santa Cecilia”. Folclor: “Negritos de Cochapetí” y “Danzas y vestimentas tradicionales del Perú”.

Nuestro autor, nació el 4 de agosto de 1938 en Cochapetí, entonces distrito de la provincia de Aija y desde 1984 se anexó a Huarmey al crearse esta provincia. Educador, compositor, escritor e incansable gestor cultural. En 1987, en el Teatro Municipal de Lima quedó finalista entre 407 autores y compositores andinos del Perú, con la Danza “Huascarán” interpretada por Delia Valverde “La Morocha de Piscobamba”. Ha desempeñado importantes cargos educativos, culturales y políticos en esta parte del país: Director del Instituto Nacional del Cultura (INC) 1987, Director Regional de Educación (1989), Prefecto (1990), y Director de la Escuela de Formación Artística (ESFA). Amplia trayectoria que ha devenido en reconocimientos y medallas institucionales del Ministerio de la Presidencia como autor y compositor, Biblioteca Nacional del Perú, INC, ESFA, Casa del Poeta y municipalidades de Bolognesi y Huarmey, respectivamente.


“Cochapetí: resplandor de halcones en vuelo”.- Ediciones Qarwanchi, Lima 2004. 296 págs. Deriva su nombre de las voces quechuas: Qocha que significa laguna o estanque y Peteq, cerro elevado, punta o cima, enclavado en las faldas del Apu Ishke Cruz. Está distribuida en seis capítulos para entender claramente el proceso y evolución de dicho distrito: riqueza natural, economía, aspecto socio político, cultura y educación, y plan de desarrollo.

“Con el transcurrir de los años, Cochapetí, tierra de los descendientes de los pariashkuna, wankurkuna y qorpankuna entre los que cabe mencionar a la familia Yacupoma fue poblándose por gente extraña. Los españoles Rodríguez, Zúñiga y Espinoza fueron los primeros en llegar a estas tierras y se asentaron en los parajes de Monasterio, Wapaq, Yauyán y Okup; y durante el Siglo XX, arrieros en su mayoría, formaron familia en Cochapetí, como los Moreno, Ramírez, Torre y Huerta de Recuay; los Huamán y Rosales de Olleros; los Vicencio y Lázaro de Huanchac y Macashca, respectivamente, de la provincia de Huarás(…) En Cochapetí la familia está bien constituida de conformidad a normas legales, morales y éticas, con raras excepciones(…)”

El libro constituye una valiosa fuente de consulta para todas las personas, y en especial, las sucesivas generaciones donde gustarán el néctar sagrado de la historia y cultura del suelo donde han nacido. Aquí su autor registra la ubicación geográfica, etapas históricas, creación del distrito, terremoto de 1970. Continúa clima, suelo, agua, aire, flora y fauna. Producción, vías de acceso, topónimos y ocupaciones. Demografía y población, un sustancial árbol genealógico de las más importantes familias cochapetinas, personalidades e instituciones. Educación, folclor, vestimenta, lenguaje, creencias e interesante diccionario de voces quechuas. Finalizando con el plan de desarrollo, turismo y platos típicos.
Ahora comprendo el ejemplo de Marca, cuando en la moderna plaza San Lorenzo pueden leerse las máximas sentencias morales de nuestros antepasados, dictámenes bien grabados en la mente del poblador andino especialmente. Por ello, Domingo de Guzmán, goza de la tranquilidad que su lar y formación le pudieron brindar para desempeñarse con eficiencia y probidad en los cargos asumidos. Estos dictámenes debería oficializar hoy el Estado Peruano, ordenando su inscripción y amplia difusión en instituciones públicas, documentos oficiales, medios de comunicación, etc. Y, en vez de ver el rostro, nombre, slogans trillados de políticos, alcaldes y funcionarios en propagandas y gigantografías, se priorice con letras mayúsculas: AMA SUA, AMA QELLA, AMA LLULLA (No seas ladrón, no seas haragán, no seas mentiroso), en obras públicas e instituciones tutelares; propuesta alcanzada por el autor de la presente nota al 1er. Congreso Nacional de Políticas Culturales, organizado por el INC en el Museo de la Nación, los días 3 al 5 del presente mes.

“El paraíso es Cochapetí,
su mirador es Ishque Cruz,
lugar de donde se observa
valles, quebradas y playas”


“Cogiendo versos al rosal. Antología personal”.- Ediciones Maribelina, Lima, 2004. 182 págs.

Constituye la antología poética personal del autor, donde reúne en forma cronológica sus diversas publicaciones como testimonio de su largo trajinar, en distintos niveles o desniveles del verbo hecho carne, hecho flor, desde la dulzura del amor, la querencia, hasta la fatalidad, cuyos títulos rezan: Fiera domada en ósculos, Iras santas (el puño en alto), Vallejianas, Tierra mía, Madre mía, Acrósticos, Resembrando la vida en Marisoles, Uchuracay: arista de sangre, y Parafraseando con viejas voces.

Como podrá entenderse cada uno de los poemarios encierra los sentimientos más elevados de su autor, transmitidos en poemas románticos, rebeldes o protesta, filosóficos, terrígenos, tiernos, predestinados, martirologio, etc.; llevados al plano poético en lenguaje sincero y transparente cual torrente de sus entrañables venas, para que éstos puedan nutrir las almas puras y más sentidas de los distantes caminos del afecto, la convicción y exaltación del corazón pletórico de grandeza, mirando el maestro arriba y abajo la retahíla de pueblos excluidos del agobiante sistema social, educativo y cultural.

Es así que Domingo de Guzmán Huamán Sánchez, se convierte con justicia en hijo predilecto de su tierra natal a la que ama sin desdén, orgulloso de sus orígenes y pasado histórico; convencido que al pueblo o lar de nacimiento hay que historiarlo y cantarle como pocos lo hacen. Al final, los hombres –sin excepción-, estamos llamados a contribuir decididamente con el engrandecimiento espiritual y material de nuestros pueblos, siendo un deber o mejor dicho, una obligación dejar el mejor testimonio, experiencia y recuerdo para quienes irán llegando al mundo y continúen el ejemplo, entretanto felices desandamos nuestro existir gozosos de la transmisión de saberes a una nueva prole que ennoblecerá con nuevos vientos y radiantes ideales.

Chimbote “Puerto de Oro”, 8 de diciembre del 2008







Víctor Hugo Alvítez, junto al Arcángel San Miguel,
Obra de la Escuela Cuzqueña, Siglo XVII.
Museo de la Nación Lima – Perú.



Víctor Hugo Alvítez Moncada / “Pisadiablo”.

Nació en San Miguel – Cajamarca, el 23 de setiembre de 1957. Vive en Chimbote desde 1983 y es empleado de la Universidad Nacional del Santa, en la Oficina Central de Extensión Universitaria y Proyección Social.

Autor de los poemarios: Huesos musicales, Confesiones de un pelícano e inventario de palmeras, Torito de penca – torerito de papel (infantil, y Árbol era esa mujer. Cofundador de las revistas culturales: Bellamar, Ferrol, y Puerto de Oro; así como intentó continuar con la Revista Asterisco fundada por Francisco Gonzáles en Huarás.

Ha creado el Centro de Información y Documentación Regional Ancash, y el Instituto de Literatura Infantil “Pis@diablitos”. Diplomado en Gestión Cultural por la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Considera que el presente año ha sido fructífera su labor, participando activamente en los siguientes eventos académicos y culturales:
· 1er. Congreso Nacional de Museología y Museos, por Asociación de Museólogos, Intérpretes del Patrimonio y Gestores Culturales (AMIG-PERÚ).
· Visita al Sitio Arqueológico de Jangalá, en compañía del Dr. Arql° Lorenzo Samaniego Román, y gestiones ante la Municipalidad Provincial de San Miguel (Cajamarca), para la puesta en valor.
· Seminario Iberoamericano de Conservación del Patrimonio Cultural Mueble, por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
· 16° Encuentro de Escritores Ancashinos “Julio César Pozo Cueva”. Marca – Recuay, donde salió elegido Secretario de Relaciones Interinstitucionales de la Asociación de Escritores y Poetas de Áncash, y declarado Huésped Ilustre de dicho distrito.
· 1er. Congreso Nacional de Políticas Culturales, seleccionado por el Instituto Nacional de Cultura.
· 1er. Coloquio de Literatura Casmeña.
· Otras actividades culturales.

pisadiablo100@hotmail.com

Wednesday, July 26, 2006

DEFENSA PATRIMONIAL PUEBLOS ANDINOS / SANCHEZ LIHON

INSTITUTO DEL LIBRO Y LA LECTURA DEL PERÚ
Y CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA

CAMPAÑA

DEFENSA DEL PATRIMONIO DE
PUEBLOS ANDINOS


Danilo Sánchez Lihón

– Y, ¿qué es lo que más le gustó del Perú? –pregunto con curiosidad a una turista que me hace saber que conoce nuestro país.
– Los tejados de sus pueblos andinos.– ¿Así? –me admiro yo más todavía– ¿Y por qué es predilección?– Porque representa muy bien su cultura. Los techos son muy protectores, parecen alas de palomas que acurrucan a sus polluelos. Es muy bello verlos, es único, en verdad ¡maravilloso!
Sin embargo, estos techos ahora los estamos destruyendo reemplazándolos por edificios al estilo occidental, hechos de latas, plásticos, cemento y toda la chatarra producida por las fábricas y no por nuestras propias manos como son las tejas o el ichu de las jalcas.
Los pueblos son patrimonio e identidad irrenunciable. Defendamos la originalidad y lo genuino del alma de nuestros pueblos.
Los tejados no solamente son bellos sino que simbolizan mucho más, son la línea fronteriza entre lo terreno y lo divino y hasta contienen la trascendencia de una comunidad. En su defensa, he aquí unas páginas:


LOS TEJADOSDE MI PUEBLO

"Y llorará en las tejasun pájaro salvaje"César Vallejo

1. Y ¿cómo llegó el mar hasta estas cumbres?
Desde "El Mirador" de mi casa en Santiago de Chuco, al cual subimos siempre –porque tenemos arriba un jardín de flores que cultivamos en macetas, como: cintias, pensamientos, alhelíes, gladiolos y geranios– miro desde allí un mar de tejados de las viviendas de mi pueblo. Bajo el techo de enfrente, de tejas viejas, estrechas y musgosas, queda el horno de hacer pan, de mi abuela Sofía.
Los techos en verdad son mares u océanos, de oleajes ondulantes, apacibles o encrespados, aparentemente inmóviles pero bullentes por la vida que hay debajo. Pero mar al fin, mar de arcilla en razón del agua que cae del cielo, del aire que sopla hecho viento y del fuego que refulge en el sol; confeccionado de tierra amasada, rizada y puesta a hornear en las tejas o del ichu tendido que crece y se trae desde las jalcas y que ahora brilla iridiscente con las gotas de plata de la última lluvia.
Pero, ¿cómo es que el mar subió hasta aquí, a estas serranías? O, más bien ¡cómo es que se quedó en estas cumbres!, ¡porque antes el océano estuvo aquí! Eso nos ha explicado el maestro en la escuela y, aunque parece mentira, si lo dice el maestro es verdad.
Pero, es más: yo creo que los techos no solo son mar, sino que son barcos que navegan, mástiles de chalanas hundidas que bogan en tierra; quizá incluso quillas de navíos rumbo a las estrellas, la cofa del bajel que es el globo terráqueo.
Son los techos las puntas de cometa que se desplazan vertiginosos por el espacio sideral; atalayas hacia el infinito, frontera entre cielo y tierra, bordes de la eternidad que ya sabemos que tiene orillas, como el mar. Eso son los techos, las riberas de la eternidad.
Son las utopías ya realizadas o visibles; lo más alto a lo cual hemos llegado, aunque lo triste es que vivimos debajo de esos sueños. Sólo se vive más alto que los techos cuando se los contempla desde las colinas, avizorando los pueblos en la lejanía.

2. Los techos son como los hombres
Pero, desde el altozano de "El Mirador" aprendo a reconocer también que los techos, como los hombres, tienen categorías: según la línea de la cumbrera, la calidad de las tejas y la forma de los aleros. Eso sí, esto tendrá que cambiar algún día, para hacer un mundo más justo.
Así, hay techos indigentes, torcidos en su línea alta, cubiertos de pedacitos de tejas recogidas de otros techos derrumbados, con magueyes partidos o añosos, con carrizos al aire libre, como coinciden en ser, casi siempre sus dueños.
Son techos de mujeres envejecidas que no constituyeron hogares, o que hace tiempo perdieron a sus maridos, o de labriegos sin tierra, o de artesanos acosados y entristecidos por la pobreza.
¡Claro! Antes que estos están los techos de paja que son de casas rústicas o míseras, de familias de huérfanos, o de esposas abandonadas, o de ancianos impedidos; o sino de hogares llenos de chiquillos menesterosos.
¡Esos techos son amarillentos, como pelo de perro sobre el cual moja inclemente la lluvia! Están hechos de tallos de trigo, de rastrojos huecos o, en el mejor de los casos, del ichu de las punas y los pajonales, del cual vienen cargados los pollinos al pueblo.

3. ¿Cómo ando por los caminos?

– ¿A cuánto vendes la carga de paja? –preguntan las ancianas de las afueras del pueblo al ver al hombre que pasa con sus burros cargados de paja brava, o ichu.– A cinco reales cuesta, mamita.– Y, ¡por qué tan caro, Dios del cielo! Cómo se está poniendo la vida, ¡Dios bendito!
– ¡Es paja de las alturas! ¡Paja larga y fuerte, madre!– ¡A ver! – Téngalo y verá.– ¡Y por qué haces tan flojos los atados, Santo Sepulcro!
– ¡Qué más apretados pues, mamá! ¡Si estuvieran flojos ya se hubieran derramado los tallos por los caminos! Vengo de la jalca, estoy caminando desde anoche, he cruzado la amanecida y llego recién ¡mire a qué hora! ¡Y sin comida!– ¡Qué va a ser de este mundo! ¡Señor, a dónde llegará esta vida!– ¡Dos días me demora traerla desde la jalca! Y, ¿cortarla? Y los pollinos, ¿qué comen? Y yo, ¿cómo ando por los caminos? De hambre. ¡Qué más barato pues, señora!
– Apéalo, ¡qué lo vamos a hacer! Pero me lo subes y me lo dejas en el altillo, porque estas gallinas lo van a picotear y a regar las ramas por el suelo. ¡Ya no sé qué hacer con estos animales!

4. Techos donde crece la "flor de piedra"

Hay otros techos, que distinguimos porque sus tejas son angostas y hondas, de un rojo oscuro, como el poncho de los jinetes en los caminos, casi siempre cubiertas de un musgo verdoso por el lado en que corre el agua y de un liquen de color verde claro, que llamamos "flor de piedra", por el lado en que las tejas tapan las canaletas.
Son los techos de las casonas antiguas donde viven caballeros temblequeantes y señoras de mantilla, con muchachotes que cargan sus reclinatorios de terciopelo carmesí, con bordes de cremalina, camino a la misa del domingo en la iglesia del pueblo.
Pero, hay un techo que han hecho de calamina, que sus dueños, advenedizos, llegados no sé de dónde, han pintado de rojo, sin duda por la vergüenza que eso les ha producido.
El Municipio del pueblo ya los notificó diciéndoles que son indignos, que no serán consentidos, que daña y adultera el alma de nuestro pueblo. El mismo Alcalde hemos oído que le ha dicho al dueño de esa casa:
– ¡No señor. O cambia ese techo o se cierra el establecimiento!
Felizmente ya lo cambiaron porque los padres de familia de las escuelas acordaron no comprar ningún producto de esta tienda y sólo por tener techo de calamina.

5. Tejas de un rojo encendido
Hay los otros techos nuevos, de tejas de un rojo encendido, tirando para naranja y que trato de distinguir de cuál de los hornos del pueblo han sido comprados, porque eso lo reconocemos desde lejos; o del evangelista de la Parva de la Virgen, o del horno de Pueblo Nuevo.
Son techos de construcciones recientes, de comerciantes prósperos, de dueños de tiendas de abarrotes o de flotas de camiones; de contratistas de madera para las minas de Quiruvilca o de algún dueño de hacienda que va a pasar la mayordomía del Apóstol Santiago.
Estos techos son airosos, frescos y galantes. Ostentan riqueza. Por ellos el agua escurre acicalada y los pocitos que hacen las goteras al caer son una línea fina y pareja en el suelo.
Desde "El Mirador" yo veo que las aves no se atreven a posarse en ellos, juegan a hacerse el amor en los techos viejos. Ellos prefieren esos techos que tienen las líneas torcidas, la curva del algún temblor en su cumbrera, hierbas entre las tejas irregulares, restos de cañas y de colas de cometas; y quizá de lloros y suspiros de sus dueños que viven debajo de sus sombras apacibles
.


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Texto que puede ser reproducidocitando autor y fuente.
Teléfonos: 420-3343 y 420-3860

Saturday, July 22, 2006

POESÌA / VÌCTOR UNYEN

Retazos de Tiempo


De: Víctor Unyén Velezmoro

Maestro, discordar es una tangente
que cruza dos líneas, que partiendo de un mismo punto,
se proyecta en sentido diferente.
La diferencia
tiene origen común
en la premisa de una coincidencia.
Nosotros somos coincidencia de una diferencia.
La vida es un número impar en el infinito,
sucesión de experiencias inconclusas, retorno a vientres primitivos,
renacer nuevamente a la esperanza.
La esperanza es una interrogante sin punto
en órbita inconclusa.
Maestro, hay puntos finitos
que pueblan en paralelo el universo.
El universo es compendio de energía total,
sumando de constantes e inconstantes que regulan mediante leyes
el comportamiento humano.
Peregrino he descendido a los umbrales del miedo,
recorrido la distancia que me agita; superado,
me he levantado de la ruina
para alcanzar la gloria del éxtasis.
El éxtasis es un estado superior de la conciencia
en el cual los poetas dialogan con los dioses.
Programado he viajado por mares sin puerto,
poblado de células arenales sin nombre.
Humano, respirando vida en cada huerto ileso,
transitado entre dados curvados por la asfixia que hiere los pulmones.
La contaminación es morir al contado,
es desandar lo andado.
Es opacar la belleza de las flores.
La vida en ciclo de espiral oscila cual péndulo de tiempo
en límites de espacio
El espacio está regulado
por puntos cardinales que se cruzan y entrecruzan
entre líneas paralelas.
Maestro, desde siempre mis pasos rutinarios han recorrido kilómetros de historia computarizada en ADN.
Crucificado entre dudas y temores dejé viajar el pensamiento
por caminos diferentes. ¿Si dejara de ser?
¡Pienso! Sería deambular dentro de mí
la sabia inconmensurable de lo gris.
Lo gris, es la inercia que incita a morir.
Morir
es silenciar el canto de las aves, es caminar sin levantar polvo,
es cargarse de energía cósmica.
¿Seré la voz de la conciencia?
¡Tal vez seré oído! Sentiré el latido de la sangre
porque pensando sé que aún vivo. Y en la rutina de las tardes solitarias,
he sentido temor que mis pasos andariegos
no dejen profundas huellas en las conciencias más oscuras
y audaces de mi pueblo. El temor es un dardo que se clava
en el vértice del encéfalo, alterando el equilibrio
entre el ser y no ser.
Mi temor tiene el color de la noche. ¡No temáis hermanos! El temor es como el viento
que se disipa en la rutina.
Mis pensamientos ya divagan con rumbo de nostalgia
por caminos de vértigo.
Viajan en la penumbra
de las tardes inciertas bordeando el diámetro
de la conciencia
acuarelada de negro.
En el vértigo del éxtasis
me he quedado solo.
Un Cristo abandonado
a las pasiones ocultas
de los hombres.
¿Dónde están mis apóstoles?
¡No los veo! Son sólo sombras
que se mueven con el viento.
El retumbar de un viejo camión
que alborota la tarde impregnada de silencio , es una nota discordante en el
pentagrama natural de la rutina.
La sirena de una ambulanciO
cortando la noche, es una oleada de viento
que entumece los tímpanos.
La rutina es morir a plazos.
En la penumbra de las noches solitarias mis versos adquieren la nostalgia
de las tardes mudas. ¡Oh dioses míticos! / iluminad el aura de mi gnosis.
Permitidme
descubrir la dimensión del infinito, sin atormentar la sustancia gris
de mis neuronas.
De dendritas
con su belleza estrellada,
se han versado poemas inconclusos, la Novena Sinfonía de Beethoven,
¨Guernica¨ de Picasso, la ¨Divina Comedia¨de Alighieri,
los Heraldos Negros de Vallejo.
Soliloquio de múltiples yoes.
Construí puentes sobre el curso
estéril de los ríos secos.
Pentagramas con el giro
matemático de los astros.
En cada anillo negro descendí
a la dimensión desconocida, donde moran inmortales
los poetas olvidados de la tierra.
Con poemas
levanté polvareda de millones
de átomos ionizados; de esperanzas,
cubrí cada rincón de barrio pobre
que pueblan las orillas del universo.
Embriagado de nostalgia
hurgué en el umbral de lo ignoto,
entre notas discordantes
rescaté el eco de lo extraño.
Sin brújula
navegué en las aguas de lo incierto.
Buscando el rumbo
me reencontré as si mismo.
Hoy, mis versos tienen el mensaje sonoro
de las tardes silenciosas que cortan al viento
roiéndolo a pedazos.
Viajan en la penumbra
de las noche solitarias revestidos de nostalgia
por caminos de vértigo.
Mujer, con mis toscas manos
palpé la dimensión desconocida.
Hombre. quiero volar tras el viento
en busca de la incógnita del infinito.
Maestro. con puntos y líneas
reconstruí la historia en retazos de tiempo
palpé la dimensión desconocida.
Hombre. quiero volar tras el viento
en busca de la incógnita del infinito.