LITERATURA

Saturday, July 22, 2006

POESÌA / VÌCTOR UNYEN

Retazos de Tiempo


De: Víctor Unyén Velezmoro

Maestro, discordar es una tangente
que cruza dos líneas, que partiendo de un mismo punto,
se proyecta en sentido diferente.
La diferencia
tiene origen común
en la premisa de una coincidencia.
Nosotros somos coincidencia de una diferencia.
La vida es un número impar en el infinito,
sucesión de experiencias inconclusas, retorno a vientres primitivos,
renacer nuevamente a la esperanza.
La esperanza es una interrogante sin punto
en órbita inconclusa.
Maestro, hay puntos finitos
que pueblan en paralelo el universo.
El universo es compendio de energía total,
sumando de constantes e inconstantes que regulan mediante leyes
el comportamiento humano.
Peregrino he descendido a los umbrales del miedo,
recorrido la distancia que me agita; superado,
me he levantado de la ruina
para alcanzar la gloria del éxtasis.
El éxtasis es un estado superior de la conciencia
en el cual los poetas dialogan con los dioses.
Programado he viajado por mares sin puerto,
poblado de células arenales sin nombre.
Humano, respirando vida en cada huerto ileso,
transitado entre dados curvados por la asfixia que hiere los pulmones.
La contaminación es morir al contado,
es desandar lo andado.
Es opacar la belleza de las flores.
La vida en ciclo de espiral oscila cual péndulo de tiempo
en límites de espacio
El espacio está regulado
por puntos cardinales que se cruzan y entrecruzan
entre líneas paralelas.
Maestro, desde siempre mis pasos rutinarios han recorrido kilómetros de historia computarizada en ADN.
Crucificado entre dudas y temores dejé viajar el pensamiento
por caminos diferentes. ¿Si dejara de ser?
¡Pienso! Sería deambular dentro de mí
la sabia inconmensurable de lo gris.
Lo gris, es la inercia que incita a morir.
Morir
es silenciar el canto de las aves, es caminar sin levantar polvo,
es cargarse de energía cósmica.
¿Seré la voz de la conciencia?
¡Tal vez seré oído! Sentiré el latido de la sangre
porque pensando sé que aún vivo. Y en la rutina de las tardes solitarias,
he sentido temor que mis pasos andariegos
no dejen profundas huellas en las conciencias más oscuras
y audaces de mi pueblo. El temor es un dardo que se clava
en el vértice del encéfalo, alterando el equilibrio
entre el ser y no ser.
Mi temor tiene el color de la noche. ¡No temáis hermanos! El temor es como el viento
que se disipa en la rutina.
Mis pensamientos ya divagan con rumbo de nostalgia
por caminos de vértigo.
Viajan en la penumbra
de las tardes inciertas bordeando el diámetro
de la conciencia
acuarelada de negro.
En el vértigo del éxtasis
me he quedado solo.
Un Cristo abandonado
a las pasiones ocultas
de los hombres.
¿Dónde están mis apóstoles?
¡No los veo! Son sólo sombras
que se mueven con el viento.
El retumbar de un viejo camión
que alborota la tarde impregnada de silencio , es una nota discordante en el
pentagrama natural de la rutina.
La sirena de una ambulanciO
cortando la noche, es una oleada de viento
que entumece los tímpanos.
La rutina es morir a plazos.
En la penumbra de las noches solitarias mis versos adquieren la nostalgia
de las tardes mudas. ¡Oh dioses míticos! / iluminad el aura de mi gnosis.
Permitidme
descubrir la dimensión del infinito, sin atormentar la sustancia gris
de mis neuronas.
De dendritas
con su belleza estrellada,
se han versado poemas inconclusos, la Novena Sinfonía de Beethoven,
¨Guernica¨ de Picasso, la ¨Divina Comedia¨de Alighieri,
los Heraldos Negros de Vallejo.
Soliloquio de múltiples yoes.
Construí puentes sobre el curso
estéril de los ríos secos.
Pentagramas con el giro
matemático de los astros.
En cada anillo negro descendí
a la dimensión desconocida, donde moran inmortales
los poetas olvidados de la tierra.
Con poemas
levanté polvareda de millones
de átomos ionizados; de esperanzas,
cubrí cada rincón de barrio pobre
que pueblan las orillas del universo.
Embriagado de nostalgia
hurgué en el umbral de lo ignoto,
entre notas discordantes
rescaté el eco de lo extraño.
Sin brújula
navegué en las aguas de lo incierto.
Buscando el rumbo
me reencontré as si mismo.
Hoy, mis versos tienen el mensaje sonoro
de las tardes silenciosas que cortan al viento
roiéndolo a pedazos.
Viajan en la penumbra
de las noche solitarias revestidos de nostalgia
por caminos de vértigo.
Mujer, con mis toscas manos
palpé la dimensión desconocida.
Hombre. quiero volar tras el viento
en busca de la incógnita del infinito.
Maestro. con puntos y líneas
reconstruí la historia en retazos de tiempo
palpé la dimensión desconocida.
Hombre. quiero volar tras el viento
en busca de la incógnita del infinito.

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